Art. 4 Año 2021

REDES SOCIALES

Tendré cuidado de llevar una vida intachable, ¿cuándo vendrás a ayudarme?
Viviré con integridad en mi propio hogar. Me negaré a mirar cualquier cosa vil o vulgar.
(Salmo 101:2–3 NTV)

Si estás leyendo este artículo, entonces eres del grupo creciente de personas con acceso a internet y como tal, posiblemente a las redes sociales.

Las redes sociales se han popularizado a tal punto que su presencia es casi universal. Aún existen regiones que no se han alcanzado con el internet y por ende el acceso a las redes sociales es nula, pero por los demás habitantes del planeta, “todo el mundo está conectado.”

Como dato curioso, el internet es el único invento que ha multiplicado su velocidad por miles en el menor tiempo registrado. Así, por ejemplo, tenemos la velocidad de los autos y esta se ha mantenido por décadas, la velocidad de los aviones por igual y la lista sigue. Mientras el internet comenzó con una latencia de 56 kbps. por segundo (1991). El sitio de internet, la vanguardia el 20 de julio de 2021 menciona;

El Instituto Nacional de Tecnología de la Información y las Comunicaciones (NICT) de Japón marcó un récord de velocidad de internet. Los científicos lograron transferir datos a 319Tbps. Esta marca que supera ampliamente la de 178Tbps establecida hace un año por ingenieros del mismo país y Reino Unido.[1]

Esto significa que puede descargarse el catálogo completo de Netflix en 2 segundos. ¡Esta diferencia de velocidad en tan solo 30 años!

Regresando a nuestro asunto, el Salmo 101, que encabeza este artículo, es particularmente importante por la gran ventana de oportunidad que las redes sociales y el internet representan. Aquí encontramos al rey David (reinó del 1011 – 971 a.C.) proponiéndose tres compromisos consigo mismo:

Primero; Tendré cuidado de llevar una vida intachable.
Dios pide que sus hijos vivan en santidad. Eso no ha cambiado aun con las redes sociales en su punto más alto en la historia. La vida intachable pública es de suma importancia, es lo que las personas ven y por las que juzgan. Muchos dicen, lo que la gente diga no importa, pero la verdad es que si importa cuando eres un hijo de Dios, pues por tu testimonio puedes ganar o perder una vida. Esa es una responsabilidad adicional que solo la iglesia carga. Es la cruz, el precio.

Segundo; Viviré con integridad en mi propio hogar.
Dios pide que sus hijos vivan en la integridad de la que Él es partícipe. No hay medidas a medias. Eres o no eres. Frío o caliente, no tibio. David reconoce que la integridad no solo se vive en el trabajo o cuando las personas observan, sino en la intimidad y calidez del hogar. Ser el mismo dentro y fuera, sin hipocresía, doble moral o ánimo.

Tercero; Me negaré a mirar cualquier cosa vil o vulgar.
Este compromiso es el más importante de todos. Con tanta abundancia de sensualidad, pornografía y chismes en las redes, los hijos de Dios deben estar muy pendientes de las tentaciones que vendrán a través de sus dispositivos. El internet y las redes sociales son un arma de doble filo. Sirven para bien pero también pueden ocasionar las más dolorosas caídas.

El hijo que pierde la identidad con lo que mira pone en riesgo su eternidad. Hacerlo caer es el propósito del enemigo, del mundo y de sus propios deseos. El más alto nivel de compromiso es posible cuando se tienen los valores bien establecidos en la mente y el corazón. Estos valores han sido sembrados y están allí, en el interior de los hijos por el Espíritu Santo. Gálatas 5.22-23 los revela:

  1. Amor
  2. Alegría
  3. Paz
  4. Paciencia
  5. Gentileza
  6. Bondad
  7. Fidelidad
  8. Humildad
  9. Control propio

Estos tres compromisos son aplicables con igualdad, no importa si eres hombre o mujer. Debes tenerlos presentes siempre, en todo momento pues el alcance del internet y las redes sociales es casi universal, ellas van a donde nuestros dispositivos vayan, incluso al sanitario.

                                
[1] Consultado el 22 de jul. de 21 de; https://www.lavanguardia.com/tecnologia/20210720/7611920/velocidad-internet.html

Por Ernek Vizcaya
Lic. en Teología y Psicología

2 comentarios en “REDES SOCIALES”

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